El precio de lo auténtico
El precio de lo auténtico
El precio de lo auténtico, en letras susurrantes se nos
presenta, en busca de experiencias que conecten el alma perdida. Anhelamos el Bien,
la Verdad y la Belleza, sin saberlo aún, mientras nos envolvemos en
sucedáneos que eludan la realidad cruda.
Fiestas constantes, drogas o alcohol en exceso, actúan como
vendas efímeras que ocultan el único sendero trazado desde antiguo para
conseguir aquello que realmente queremos vivir.
Mas en nuestro camino, en nuestra búsqueda incesante, nos
topamos con el Mal, la Maldad y la Fealdad, sombras de desencanto.
Desdichadamente, hoy, nuestros sentidos se llenan de
distracciones, de inputs audiovisuales que olvidan este anhelo tan real y
humano. Pero esa tríada que mencionábamos, puerta y llave al tiempo, custodiada
en lo más alto del Olimpo, no es inaccesible para aquellos que la buscan con
auténtica fe.
Aunque muchos se extravíen, perdidos en la incomprensión de
su propia esencia vital, y algunos, en la oscuridad de su desesperanza,
encuentren en el suicidio su triste resolución.
En un antiguo verso, que ahora recuerdo y suspiro, la mejor
respuesta aparece: estamos aquí para amar y ser amados, caminando hacia el
Amor supremo, el juez de nuestras vidas.
Este amor trasciende lo romántico y lo mundano, es un fuego
vivísimo que inflama nuestras almas en lo más profundo.
Pero ¿Cómo comprenderlo si no nos amamos a nosotros mismos?
Aquí, en esta encrucijada, la clave reside en asimilar su significado. En aprender a amar.
Busquemos ayuda si es necesario, para aprender a amarnos, a
amar al prójimo con autenticidad, desde el corazón. Solo entonces podremos ver,
vivir y servir a los demás, enraizados en el único Amor que nos brinda
felicidad eterna.
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