Susurros bajo la lluvia

Susurros bajo la lluvia

No fue ni el té de rosas con jazmín de aquella tarde, ni las lágrimas que brotaron de nuestros párpados casi al compás de la lluvia que se deslizaba por aquellas ventanas, ni tampoco ningún otro particular lo que hizo de aquel momento un encuentro casi místico.

Puede que la apertura tan única que me regaló fuese algo irrepetible, algo que nos aproximaba como nunca antes y que tenía como testigo solamente al cielo.

Se confundieron en un abrazo intenso nuestros cuerpos, se olvidó la gente de alrededor para contemplarnos alma frente a alma, espíritu con espíritu en una invitación sincera y profunda a Aquel que es la Luz que disipa las tinieblas.

Y así, entre susurros cargados de emoción, sellamos para la eternidad aquel momento.

Borja Ruiz



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